viernes, 26 de noviembre de 2010

"El Grinch", a Ron Howard no le gusta la navidad.


Llega la Navidad. Época de turrones, villancicos, polvorones. Y por que no, de ver alguna de esas pelis curiosas que intentan impregnarnos de ese espíritu tan entrañable para unos y tan odiado para otros. Hace unos días vi "El Grinch" (2000) de Ron Howard. Una película sobra la navidad en todo su más amplio campo que incluso verla fuera de estas fechas puede resultar ridículo.
Basada en el cuento "How the Grinch stole Christmas" escrito por el Dr.Seuss, el film nos lleva a un mundo imaginario dentro de un copo de nieve donde habitan los Quien, unos duendes que preparan la navidad durante todo el año su pasión y su única labor. Pero no a todos los habitantes de Villaquien les gusta la Navidad ya que existe una especie de troll con muy malas pulgas que intentará por todos los medios sabotearla, su nombre: el Grinch.
Dirigida por el sobrevalorado Ron Howard y protagonizada por el histrionico Jim Carrey, el Grinch es un producto típicamente navideño destinado a toda la familia, con algunos momentos bastante divertidos pero un conjunto ñoño y pobre tanto en ideas como en originalidad. La verdad es que Ron Howard no es santo de mi devoción, un director carente de ritmo en sus peliculas y  que inexplicablemente tiene un Oscar por la dirección de "Una mente maravillosa" (2001) aunque en su haber cuente con  algun título que se deja ver como "Willow"(1988) o "Llamaradas"(1991), en este caso, como ya le ocurriese en "El código DaVinci"(2006),  no sabe aprovechar una buena obra (muy conocida en EEUU) y nos acaba ofreciendo algo simple que se deja ver pero que carece de ese espíritu de el que nos intenta contagiar. Jim Carrey, un actor venido a menos, totalmente irreconocible por el maquillaje, tampoco es capaz de salvar un producto que se convierte en algo efímero y totalmente olvidable. Pero no todo van a ser contras, "El Grinch" cuenta con un gran diseño de producción, acompañado de una gran labor por parte de los maquilladores liderados por el gran Rick Baker y que les hizo ganador un merecidísimo Oscar.
Conclusión, una película que se deja ver y que en ciertos momentos entretiene pero que le falta la chispa necesaria para convertirse en una buena película que recordar.


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