Como buena tradición que pese, desde hace unos años los buenos aficionados al cine esperamos la llegada del verano no por ver los blockbuster más penosos a los que nos tiene acostumbrados Hollywood sino por descubrir que pequeña joyita nos tiene preparada “Pixar”. Si, esa fabrica de artesanos del cine de animación que con trabajo y un talento increíble han sabido seducir a un público tanto infantil como adulto.
Hace unos días vi por fin la última película de la factoría de John Lasseter, Toy Story 3 (id Lee Unkrich), a priori la tercera parte de una conocida saga interpretada por juguetes con vida que no debían de contar nada nuevo y tan solo un mero vehículo para que ese año se volviese a disparar el merchandising de Woody y Buzz entre los más pequeños. Pero la sorpresa de todo eso es que después de un primer visionado del film, la boca se te abre y te empieza a gotear baba totalmente hipnotizado por lo que acabas de ver y con ganas de más, más, más.....
El argumento es sencillo, Andy ha crecido, tiene que ir a la universidad y debe deshacerse de sus juguetes, la mejor forma y menos “dolorosa” para ellos es donarlos a una guardería. Pero nada será lo esperado. Buenos, malos, traiciones, romances se darán cita en la aventura más peligrosa de sus vidas.
Ya desde el principio, Toy Story 3 es toda un declaración de intenciones con ese pequeño prologo donde se mezcla sin sentido alguno un western ,una película de ciencia ficción y una de acción al más puro estilo Steve McQueen (o Rayo McQueen). Todo este popurrí de cine te engancha no por el hecho de que te entretenga, que lo hace, sino por querer saber que esta pasando y como acabara todo eso. Nada más lejos de la realidad, la imaginación de Andy sigue en plena forma. Sin darnos cuenta y casi sin quererlo el film ya nos ha atrapado y estamos a su más mínima disposición.
Con esa pequeña elipsis del crecimiento de Andy acompañado por ese famoso himno de la amistad llamado “Hay un amigo en mi”, comienza en definitiva Toy Story 3.
Lo que hace grande a esta tercera parte es la adaptación del cine clásico de aventuras y evasiones carcelarias en la que inevitablemente se vienen a la cabeza “La Fuga de Alcatraz” y sobre todo “La Gran Evasión” convirtiendo una dulce guardería en una prisión al más puro estilo “Cadena Perpetua”.
Otra película que se homenajea es sin lugar a dudas “Mission:Impossible”, la forma de actuar que tienen los juguetes esta claramente influenciada por la película de Brian de Palma (sin olvidar a Woody colgando de un árbol como si de Tom Cruise se tratase).
Pero si hay algo que poderosamente me llama la atención en esta película son sus similitudes con “Indiana Jones y el templo Maldito”. La trama de ambas películas parecen estar hermanadas con infinidad de paralelismos. Ese Woody intrépido al más puro estilo Indy decide ir en busca de sus amigos (niños en la peli de Spielberg) a la guardería (El mismísimo Templo Maldito) donde los personajes que la habitan son tan bondadosos como diabólicos (perdonarme pero el osito no puede dejar de compararlo con el niño hindú jefe de la tribu). En fin todo una gozada.
Por otro lado Toy Story 3 direrencia de sus predecesoras dota de más protagonismo a personajes que en las otras entregas eran meros secundarios y no solo se centra en el vaquero y el astronauta convirtiéndose en toda una película coral donde descubrimos gratas sorpresas como es ese gran Mr Potato, Barbie y Ken con su tensión sexual no resuelta o como no, mención aparte, el personaje más diabólico de cualquier película de la factoría, un dulce osito de peluche que además huele a fresas.
Lee Unkrich , codirector de Buscando a Nemo y Monstruos S.A, realiza una gran labor como director dotando a cada uno de los personajes de una personalidad única, y eso, aunque se trate de animación, es dirigir actores.
Un montaje en el que el ritmo no decae en ningún momento, con planos que en ocasiones hablan por si solos sin necesidad de diálogos, una partitura como siempre fabulosa del siempre genial Randy Newman hacen de todo esto una delicia de algo más de 90 min.
Por poner algún pero, lo que se puede hacer pesado es el doblaje por parte de Diego el Cigala en la versión en castellano, al principio puede tener algo de gracia pero al final cansa.
Quizás Toy Story 3 no llegue a estar a la altura (eso si, por muy poco) de esa inmensa joya que es Wall-E, pero copa uno de los más altos puestos en el ranking de la animación actual.
Sin más animaros a verla porque merece muchísimo la pena poder disfrutarla.

¡Has sacado influencias de todas partes! Eso está bien. La verdad que yo me di cuenta de muy pocas, las más evidentes, pero estaba demasiado emocionada con el broche final tan magistral que estaba presenciando. Me encanta el cine de animación y 'Toy Story 3' me cautivó de principio a fin. Impresionante el guión, la manera de emocionar, la complicidad de sus personajes... Impecable todo.
ResponderEliminarAunque si te soy sincera, a mí lo del Cigala no me hizo ni una pizca de gracia... Pero bueno, un toquecito español xDD.
Buena crítica Antonio. ¡Cuídate!